Hacer las maletas no es poca cosa. Y deshacerlas tampoco ¿cuántos de ustedes dejan la maleta hecha días -o a veces semanas- después de volver a casa?
Hay una escena de Up in The Air en la que George Clooney da, de pasadita pero con eficacia, algunos tips para viajar más cómodo, más ágil y mejor.
Así que hoy hemos decidido sintetizar un poco. Hacernos la vida más fácil, vaya.
Las maletas de tela se dañan menos que las de tapa dura y por lo general pesan menos. Las de tapa dura, sin embargo, son ideales para los viajeros muy organizados que no se exceden con las compras al regreso.
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Amárrale un distintivo a tu maleta para no confundirla en la banda del aeropuerto. Te sorprenderías de ver cuántas maletas iguales a la tuya andan por ahí. El distintivo debe ser colorido pero barato, no queremos que nadie lo robe. Un listón está bien.
No importa a donde vayas, siempre, siempre lleva un traje de baño. No ocupa apenas espacio y siempre es una agradable sorpresa poder utilizarlo.
Las camisas, bien dobladas, pueden ir hasta abajo y así no terminarán deseperanzadoramente arrugadas (y ahorrarás tiempo para estar listo en tu destino). Ahora, si lo que quieres es ahorrar espacio en vez de tiempo, empaca toda la ropa haciéndola rollito y compactándola bien.
Evita llevar cosas “por si las dudas” ¡no dudes!
Checa en la página de internet del hotel si prestan toallas, cuáles productos de limpieza personal hay, si hay plancha, secador para el pelo, etcétera. Normalmente tendrán todo, pero si lo verificas antes de viajar, te evitarás empacar objetos innecesarios.
Aprende de los expertos de YouTube. En la red hay tutoriales para todo, en este sólo necesitas invertir minuto y medio para aprender el arte de empacar, en un pequeño espacio, lo necesario para un mes.
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¡Buen viaje!